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12/09/2023

Hortensia Bussi difundió su causa por el mundo
La viuda de Allende, “mujerona que nunca dijo no puedo más”

Reyes Martínez Torrijos, La Jornada, 11/9/2023

La filósofa Fernanda Navarro recuerda los tres años que acompañó a la profesora y activista en su misión

Luego de la muerte de Salvador Allende, su esposa, Hortensia Bussi, viajó por el mundo representando al mandatario chileno, fallecido durante la asonada militar de 1973. Ella persiste en la historia de América Latina y el mundo por su fidelidad a su causa democrática y pacífica. Así lo relata la filósofa Fernanda Navarro, quien durante tres años acompañó en esa misión a quien también fuera profesora y activista.

 

El primer destino de Bussi, luego de aquel fatídico 11 de septiembre, fue Estados Unidos, la nación que estuvo vinculada a los golpistas chilenos. Navarro dijo a La Jornada que ese viaje aparentemente fue una contradicción, pues se trataba del país enemigo. Ahí la traduje al inglés y vimos a la maravillosa mujer que es Angela Davis.

Fernanda Navarro (Ciudad de México, 1941) asegura que Allende, ese hombre tan cabal, sigue vivo porque a estas personas no logran matarlas. Estarán vivas no en la metafísica, sino en la historia que registra la verdad de todos los países en el mundo.

La escritora describió a Hortensia Bussi (Valparaíso, Chile, 1914-2009) como “una mujerona. Nunca se puso a llorar en un rincón ni a decir ‘no puedo más’. Roto el corazón por su amor, Salvador Allende, fue por el mundo representándolo a él y a su causa”.

En esa lid, continuó Navarro, ella mostró una gran “dignidad que se veía en su andar. Nunca fue con la cabeza baja ni dijo ‘pobre de mí’, en cambio, asumió el ‘yo represento a mi Chile’, con autenticidad. Nunca pretendió ser lo que no era, pero valía oro por ser tal como era.


Berlín, RDA, 19 de octubre de 1975: Hortensia Bussi (izq.) y Angela Davis son recibidas por Ilse Thiele, presidenta de la Liga Democrática de Mujeres de Alemania, en el Congreso Mundial de la Federación Democrática Internacional de Mujeres con motivo del Año Internacional de la Mujer.

Hortensia siempre estuvo a la altura de sí misma. La admiré siempre y a veces tuvimos que dormir en el mismo cuarto cuando viajábamos. Ella no hablaba otros idiomas, pero sí desde su corazón y yo podía traducirle todo. Me enriqueció tanto su cercanía, que no hay alfabeto para describirlo.

Fernanda Navarro, doctora en filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México, aprendió inglés, francés, ruso y alemán. Colaboró con el filósofo británico Bertrand Russell y fue cercana al poeta español León Felipe, al teórico francés Louis Althusser y al escritor José Revueltas. Fue pareja del también pensador y activista Luis Villoro.

Es reconocida por su trayectoria académica y su compromiso con los movimientos sociales, como el zapatismo. Ha contribuido al desarrollo de la filosofía y del pensamiento crítico, por ejemplo, en su obra Filosofía y marxismo: entrevista a Louis Althusser, además de que dio clases de filosofía maya en la UNAM.

La intelectual recordó que cuando se enteró del arribo al poder del gobierno de la Unidad Popular viajó a finales de 1970 a Chile para conocer de primera mano ese proceso, al que describió como una posibilidad de humanismo, un paso adelante por la vía pacífica. Cinco partidos, hasta la izquierda cristiana. Nunca había visto eso, y colaboró con la Editorial Nacional Quimantú.

Navarro salió del país tras el golpe de Estado, en el avión mexicano que también trajo a México a la viuda de Allende. La filósofa recordó que “por aras del destino y gracias a que estudié muchas lenguas fui su traductora, me adoptó. Me dijo ‘ayúdame’, porque llegando a México había periodistas de todo el mundo. De ahí me llevó consigo tres años a Europa y más allá”.

Navarro se encontró con Hortensia Bussi poco antes de que ésta regresara a Chile, siempre fiel a lo que su patria le significaba.

 

10/09/2023

LUIS CASADO
Allende and I
Childhood memories

Luis Casado, 10/9/2023
Translated by
Fausto Giudice,  Tlaxcala

I never knew how my father managed to give us so much with his modest salary as a bakery worker.

In this so much the readings and the trips occupied a place of privilege. My old man collected for decades the sports magazines Estadio (Santiago), El Gráfico (Buenos Aires) and others, and every week he bought us kilos of comics, short stories and various books. My mother read novels and El Fausto, a weekly magazine for ladies that brought serial romantic stories. That’s where my love for books comes from, from the encouragement of a father who didn’t finish the third year of elementary school but loved reading. 

 

The trips always had the same destination: the archipelago of Chiloé, more precisely Achao, on the island of Quinchao. Getting there in those days -the fifties- was an unforgettable adventure.

From San Fernando to Puerto Montt you traveled in an old train pulled by a sloppy locomotive, operated by the tiznados [sooties], workers of the State Railroad Company, so called because their faces bore the indelible mark of coal.

The train moved with a delightful and gentle slowness. It took no less than 14 hours to cover the 700 km, not counting the numerous stops in the provincial capitals. If you opened a window you were liable to get a particle of coal in the eye. From time to time a man in a white jacket, very formal, would pass by and offer you something to drink and eat: the service was impeccable but too expensive for our meager purse.

In Puerto Montt you spent the half night in a lodge, until early the next morning when the steamer sailed to the island of Quinchao.

 

In Achao there was (and still isn’t) neither harbour nor wharf: you would have to disembark in the middle of the ocean going down a narrow stairway, located on the sides of the steamer, to the rowing boats that came to pick you up and to which you jumped risking diving into the icy waters of the South Pacific along with your suitcases, bags and various bundles.

When you reached the beach of Achao you took off your shoes, rolled up your pants, and jumped into the water. That’s how you arrived, walking, to your destination. There was Luis Soto Romero, my grandfather, mayor of the town, who practiced his trade. My father, teasingly, had nicknamed him the Cacique.

My grandfather had been a practitioner in the army. In Achao, as a civilian, he was a nurse, midwife, minor surgeon, public authority, spokesman, justice of the peace... in short, a cacique.

My grandfather was a socialist, one of those of that time, not to be confused with those of today: my grandfather never had any sinecure, nor did he ever create any foundation. He rather gave than received. Would it surprise you to know that he was a friend and comrade of a certain Salvador Allende?

That’s right. Salvador Allende.

 

LUIS CASADO
Allende e io
Ricordi d’infanzia

Luis Casado, 10/9/2023
Tradotto da
Fausto Giudice, Tlaxcala

Non ho mai saputo come mio padre riuscisse a darci così tanto con il suo modesto stipendio di operaio panettiere.

La lettura e i viaggi erano al primo posto di quel tanto. Per decenni mio padre ha collezionato le riviste sportive Estadio (Santiago), El Gráfico (Buenos Aires) e altre, e ogni settimana ci comprava chili di fumetti, racconti e libri vari. Mia madre leggeva romanzi e El Fausto, un settimanale per signore che riportava racconti romantici a puntate. Ecco da dove viene il mio amore per i libri, dall’incoraggiamento di un padre che non aveva finito il terzo anno di scuola elementare, ma che amava leggere. 

 

I viaggi avevano sempre la stessa meta: l’arcipelago di Chiloé, più precisamente Achao, sull’isola di Quinchao. Arrivarci a quei tempi - gli anni Cinquanta - era un’avventura indimenticabile.

Da San Fernando a Puerto Montt si viaggiava su un vecchio treno trainato da una locomotiva trasandata, manovrata dai tiznados [i fuligginosi], i lavoratori dell’Impresa di Ferrovie dello Stato, così chiamati perché i loro volti portavano il segno indelebile del carbone.

Il treno si muoveva con una piacevole e dolce lentezza. Ci volevano non meno di 14 ore per coprire i 700 km, senza contare le numerose fermate nei capoluoghi di provincia. Se si apriva un finestrino si rischiava di ricevere una scoria di carbone negli occhi. Di tanto in tanto, un uomo in giacca bianca e molto formale passava e ti offriva qualcosa da bere e da mangiare: il servizio era impeccabile, ma troppo caro per le nostre magre borse.

A Puerto Montt si passava la mezza notte in una locanda, fino alle prime ore del mattino successivo, quando il vaporetto salpava per l’isola di Quinchao.

Ad Achao non c’era (e ancora non c’è) né porto né molo di attracco: si sbarcava in mezzo all’oceano scendendo una stretta scala, situata sui fianchi del piroscafo, fino alle barche a remi che venivano a prenderti e sulle quali si saltava, rischiando di precipitare nelle gelide acque del Pacifico meridionale insieme a valigie, borse e fascine varie.

Quando si arrivava alla spiaggia di Achao ci si toglieva le scarpe, si arrotolavano i pantaloni e ci si tuffava in acqua. Così si arrivava, camminando, a destinazione. C’era Luis Soto Romero, mio nonno, sindaco del paese, che esercitava la sua pratica. Mio padre, scherzando, lo aveva soprannominato il Cacique.

Mio nonno era stato praticante nell’esercito. Ad Achao, da civile, era infermiere, ostetrico, chirurgo in chirurgia minore, autorità pubblica, portavoce, giudice di pace... insomma, un cacique.

Mio nonno era un socialista, uno di quelli di allora, da non confondere con quelli di oggi: mio nonno non ha mai avuto alcun canonicato, né ha mai creato alcuna fondazione. Vi sorprenderebbe sapere che era amico e compagno di un certo Salvador Allende?

Proprio così. Salvador Allende.

 

LUIS CASADO
Allende y yo
Recuerdos de infancia

Luis Casado, 10/9/2023

Nunca supe cómo se las arreglaba mi padre para darnos tanto con su modesto salario de trabajador de la panificación.

En el tanto ocuparon un lugar de privilegio las lecturas y los viajes. Mi viejo coleccionó durante décadas las revistas deportivas Estadio (Santiago), El Gráfico (Buenos Aires) y aún otras, y cada semana nos compraba kilos de historietas, cuentos y libros varios. Mi madre leía novelas y El Fausto, un semanario para señoras que traía románticas historias por capítulos. De ahí viene mi amor por los libros, del estímulo de un padre que no terminó el tercer año de la escuela primaria, pero amaba la lectura. 

Los viajes siempre tuvieron el mismo destino: el archipiélago de Chiloé, más precisamente Achao, en la isla de Quinchao. Llegar allí en esa época, -los años cincuenta-, era una  aventura inolvidable.

De San Fernando a Puerto Montt viajabas en un viejo tren tirado por una locomotora perdularia, operada por los tiznados, trabajadores de la Empresa de Ferrocarriles del Estado, así llamados porque sus rostros llevaban la marca indeleble del carbón.

El tren circulaba con una deleitosa y amable lentitud. Cubrir los 700 km le llevaba no menos de 14 horas, sin contar las numerosas paradas en las capitales provinciales. Si abrías una ventanilla eras candidato a recibir una partícula de carbón en un ojo. De vez en cuando pasaba un señor, de chaqueta blanca y muy formal, que te proponía algo de beber y de comer: el servicio era impecable pero demasiado caro para nuestro exiguo bolsillo.

En Puerto Montt medio pernoctabas en alguna posada, hasta la temprana hora del día siguiente en que zarpaba el vapor que te llevaba frente a la isla de Quinchao.

 

En Achao no había (aún no hay) ni puerto ni molo de abrigo: en medio del océano desembarcabas bajando por una estrecha escalerilla, situada en los flancos del vapor, hasta las lanchas a remo que venían a recogerte y a las cuales saltabas arriesgando zambullirte en las heladas aguas del Pacífico Sur junto a tus maletas, bolsos y mariconadas varias.

Al llegar a la playa de Achao te quitabas los zapatos, arremangabas tus pantalones, y saltabas al agua. Así llegabas, caminando, a tu destino. Allí estaba Luis Soto Romero, mi abuelo, alcalde del pueblo, practicante de su oficio. Mi padre, cachondeándose, lo había apodado el Cacique.

Mi abuelo había sido practicante en el ejército. En Achao, ya civil, hacía de todo, enfermero, partero, cirujano de cirugía menor, autoridad pública, portavoz, juez de paz... en fin, de cacique.

Mi abuelo era socialista, de los de aquella época, no confundas ese género con los de ahora: mi abuelo nunca tuvo ninguna canonjía, ni creó jamás Fundación alguna. Él más bien daba que recibía. ¿Te sorprendería saber que era amigo y compañero de un tal Salvador Allende?

Justamente. Salvador Allende.

07/09/2023

LUIS CASADO
Chile: ¿Qué hacer?
Dejar de ladrar a los neumáticos

La pregunta es pertinente. Otros, mucho antes que nosotros, se la plantearon. Otros siglos, otros pueblos, pero el mal era el mismo: la autocracia criminal que sojuzga a millones y millones de ciudadanos. Luis Casado piensa que no responder esta pregunta equivale a sacarle el culo a la jeringa...

Luis Casado, Politika, 7-9-2023

 

“Cuando vaciles bajo el peso del dolor, y estén ya secas las fuentes de tu llanto, piensa en el césped que brilla tras la lluvia; cuando el resplandor del día te exaspere, y llegues a desear que una noche sin aurora se abata sobre el mundo, piensa en el despertar de un niño...” (Omar Khayyam - Rubaiyat)

 

No me gusta llevar flores al cementerio. Mis muertos los llevo conmigo...

 

A estas alturas de mi vida la muerte se transformó en una cuestión filosófica, a ratos poética, con Baudelaire, quién miraba hacia el otro patio como “la única oportunidad de salvación y de libertad, así como de romper las fronteras del espacio y del tiempo” (Baudelaire y la consciencia de la muerte. Marc Eigeldinger, 1968).

 

Ô Mort, vieux capitaine, il est temps ! levons l'ancre !

Ce pays nous ennuie, ô Mort ! Appareillons !

...

Plonger au fond du gouffre, Enfer ou Ciel, qu'importe ?

Au fond de l'Inconnu pour trouver du nouveau !

 

¡Oh Muerte, viejo capitán, ya es la hora! ¡Levemos el ancla!

Este país nos agobia, ¡Oh Muerte! ¡Zarpemos!

...

Sumirse al fondo del abismo, Infierno o Cielo, ¿qué importa?

En el fondo de lo ignorado, ¡para encontrar algo nuevo!

 

Pero palmarla dejando detrás un florilegio de criminales, traidores, alcahuetes, oportunistas y vende patrias que gozan de la impunidad que garantizan el “modelo” y la institucionalidad legada por la dictadura no es plan.

 

Los objetivos anunciados por la progresía nunca fueron más allá de “la medida de lo posible”, noción erigida en principio cardinal, vital y fundacional de quienes han medrado con el cuento de la transición y de la gradualidad intrínsecamente gradual que conviene a sus propios intereses.

 

Chile se hunde en un lodazal social e institucional, conserva la constitución de Pinochet-Lagos y se propone empeorarla gracias a la intervención de un puñado de tinterillos neofascistas amparados en la ciencia infusa y en la bendición del sistema.

 

Las desigualdades sociales son extremas, peores -dicen los que saben- que durante la dictadura. La inseguridad y la precariedad crecen. La delincuencia -la grande, la del hampa- campea por sus fueros y se enseñorea con las riquezas básicas y con los servicios que alguna vez fueron públicos.

 

La credibilidad de la política y de los políticos se ahoga en los sucios arroyos de las aguas servidas de los albañales.

 

El principio de autoridad desapareció cuando un puñado de generales fanáticos al servicio de una potencia extranjera destruyó la república y la democracia. ¡¿Quienes?!

 

“¡Desgraciadamente, desgraciadamente, desgraciadamente, hombres cuyo deber, cuyo honor y cuya razón de ser era servir y obedecer!” (Charles De Gaulle).

 

Cincuenta años... ¿Y luego qué? ¿Esperamos otros 50 años?

 

En su día Vladimir Ilich Ulianov, alias Lenin, se vio confrontado a una situación política inextricable, y a un ceremil de murgas políticas que buscaban ser califas en lugar del califa. La cuestión que había que resolver podía ser expresada muy sencillamente: ¿Qué hacer?

31/08/2023

LUIS CASADO
Une lettre pour le général*

Luis Casado, POLITIKA, 29/8/2023
Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala

Si la définition du concept de transition donnée par le dictionnaire est juste, on est mal barrés. Cette définition dit : Transition : Action et résultat du passage d'un état ou d'une manière d'être à un autre. Puisque nous sommes dans la même situation, où est la transition ?

“Car de leur vague ennui, le néant les enivre.
Parce qu’exister sans vivre est le fardeau le plus lourd...
Ceux qui vivent sont ceux qui se battent
Victor Hugo, Paris, décembre 1848, dans Les Châtiments, 1852.


La diffusion dans POLITIKA d’extraits du livre du général Ricardo Martínez, qu’il devait présenter mardi, à l’Université catholique de Santiago du Chili, a suscité quelques commentaires, dont le plus succinct est venu d’Argentine et dit, très simplement :

-> « Je répète : je n’oublie pas, je ne pardonne pas, je ne me réconcilie pas.... » <-.

Cela montre clairement que les atrocités commises, les assassinats de personnalités, la destruction de la coexistence sociale, l’imposition d’un régime économique prédateur et la perpétuation d’un ordre institutionnel antidémocratique sont des pilules impossibles à avaler.

Si Patricio Aylwin a pu déclarer que c’est là toute la démocratie à laquelle nous pouvons aspirer, et si Alejandro Foxley [économiste, ministre Aylwin et de Bachelet, NdT] a pu juger que Pinochet était un visionnaire (Felipe Portales. 50 ans de néolibéralisme (II). POLITIKA 29/08/23). Et même si toute cette Concertación accommodante qui aspirait à une part du butin - et l’a plus qu’obtenue - a rejeté ce qu’elle avait promis à ceux qui avaient cru en elle.

Le quotidien mexicain La Jornada estime que Ricardo Martínez, ancien commandant en chef de l’armée chilienne, reconnaît dans son livre les très graves violations des droits humains commises par la dictature, ce qui constitue une véritable première.

Jusqu’à présent, l’éthique des forces armées - pour reprendre la formule de Martínez - n’autorisait que la négation de l’évidence, les mensonges systématiques et l’imputation des crimes à d’autres.

Reste à savoir si Ricardo Martínez croit ce qu’il écrit ou s’il s’agit d’une nouvelle ruse pour rejeter la faute sur un compagnon d’armes, un subordonné, un prédécesseur qu’il n’a pas eu la présence d’esprit - le courage - de punir comme il aurait dû le faire.

Dans une interview accordée à El Mercurio dimanche dernier (26/08/23), Martínez reprend à son compte les mêmes aspirations à l’impunité que les coupables ont toujours formulées, formulées ensuite par José Antonio Kast à l’égard des criminels contre l’humanité qui purgent des peines à Punta Peuco.

El Mercurio demande:

« Aujourd’hui des condamnés pour crimes contre l’humanité sont détenius à Punta Peuco. Il y a une initiative au Conseil constitutionnel, proposée par des Républicains, pour permettre aux personnes de plus de 75 ans de purger leur peine en étant assignées à résidence. Êtes-vous d’accord ? »

Le général (ER) Martínez apporte la réponse suivante :

3Avant de répondre à cette question, il est indispensable de dire que rien ne suffira à atténuer la douleur des familles des victimes qui, depuis des années, réclament justice. Je crois également que l’essence d’une société démocratique est de faire preuve d’une plus grande éthique et de ne pas se comporter comme ceux qui lui ont fait du tort. C’est pourquoi j’approuve cette initiative humanitaire visant à permettre, conformément aux décisions de justice, aux personnes en phase terminale ou souffrant d’un handicap mental ou physique de continuer à purger le reste de leur peine dans le cadre d’une assignation à résidence totale.

Felipe Portales rejette cette curieuse assimilation :

« Incroyablement, Martinez va jusqu’à l’aberration d’assimiler éthiquement et juridiquement les dommages infligés par ces criminels contre l’humanité à la souffrance que ces mêmes criminels subiraient s’ils étaient laissés en prison à vie et dans des conditions - que tout le monde reconnaît - bien meilleures que celles des prisonniers de droit commun - pour des crimes qualitativement moins graves - dans notre pays ! »

Je me suis alors souvenu du pathétique maréchal Pétain, collaborateur des nazis pendant l’Occupation de la France (juin 1940 - septembre 1944), condamné à mort à la Libération, ainsi que de Pierre Laval, dernier président du Conseil des ministres du régime de Vichy.

Laval a été fusillé.

À la demande du tribunal, Charles de Gaulle a commué la peine de mort de Philippe Pétain en détention à perpétuité. D’abord emprisonné au fort du Portalet, Pétain est transféré en novembre 1945 au fort de Pierre Levée, sur l’île d’Yeu. Il ne quitte cette prison qu’en juillet 1951 pour mourir dans une maison de Port-Joinville, sur la même île.


Le Fort du Portalet dans les Pyrénées...

 

Le Fort de Pierre Levée, sur l’île d’Yeu


La prison de Punta Peuco, au Chili

 

Des prisons peu agréables pour celui qui était considéré [par certains] comme un héros de la Première Guerre mondiale.

Nos criminels sont beaucoup plus fragiles au niveau de l’hypophyse : ils ne supportent pas les embruns, ils ont besoin d’un environnement sain, de préférence à l’air libre. En montagne ?

L’une des questions fondamentales posées par la “culture éthique” évoquée par Martínez concerne le principe de l’obéissance due. Il n’y a rien de plus exonérateur de responsabilité que l’obéissance aveugle.

Pourquoi avez-vous commis ce crime, demande le juge. Je n’ai fait qu’exécuter les ordres, répond le criminel. Le juge ne peut pas, ne veut pas, n’ose pas demander qui a donné les ordres.

Cela dit, est-il licite d’obéir à des ordres criminels ? Est-il licite d’obéir à des ordres criminels, s’agit-il des forces armées ou d’une mafia de Chicago - The Outfit ou The Organization - dans les années 1920, contrainte à l’omertà ?

Entre compagnons d’armes - ou d’âmes ? - est-il éthique de dissimuler les crimes de l’autre ?

L’éthique des forces armées, à laquelle Martínez fait référence, devrait conduire ses membres à refuser tout acte criminel et à dénoncer ceux qui les commettent et/ou y incitent.

Interrogés sur les événements qui ont constitué la Caravane de la mort, de nombreux commandants de différentes provinces ont rejeté toute la responsabilité sur le général Arellano Stark. « Avant l’arrivée de mon général Arellano, il n’y a pas eu de morts. Ni après son départ ».

Comment interpréter ces déclarations ? Sans enquêtes judiciaires, poursuites et condamnations, les auraient-ils faites ?

D’autre part, les nombreux crimes - détention illégale, enlèvement illégal, viol, torture, meurtre, destruction de cadavres et de preuves, enterrements illégaux, exhumations illégales (opération téléviseurs usagés), autres dissimulations de cadavres et de restes de personnes assassinées - ne peuvent se résumer aux actions perverses d’un seul général de l’armée.

J’ai déjà dit et répété que, au contraire, il serait injuste de proclamer que chaque membre des forces armées était, ou est, un criminel. Parmi les victimes figurent de nombreux hommes et femmes en uniforme.

Mais le 1er mars de l’année dernière, le journaliste Mauricio Weibel a pu s’exclamer :

« C’est la seule armée au monde dont tous les anciens commandants en chef font l’objet d’une enquête judiciaire ».

Weibel réagissait à la décision de la ministre Romy Rutherford de convoquer le commandant en chef de l’armée de l’époque, le général Ricardo Martínez, pour qu’il témoigne en tant qu’accusé.

La présidente de la commission de la Défense de la Chambre des députés, Carmen Hertz, a ajouté :

« Il est extrêmement grave pour l’institutionnalité de notre pays, pour le rôle et le prestige des forces armées, que tous les commandants en chef, depuis Pinochet jusqu’à aujourd’hui, soient poursuivis pour des délits de malversation et de détournement de ressources fiscales ».

L’avocat de Ricardo Martínez a insisté pour que la procédure - la citation à comparaître - se déroule au domicile de l’accusé dans le dossier « Passages et Fret » de l l’affaire « Fraudes dans l’armée ».

Après la bataille, dit-on, vient le pillage.

Pour être juste, il convient de préciser que les officiers supérieurs des forces armées ne sont pas les seuls à avoir participé aux vols, ni même les pires d’entre eux. Outre une certaine croûte de politiciens qui comprend que l’accès aux postes de responsabilité équivaut à une sinécure associée à des “opportunités d’affaires”, ceux qui ont vraiment fait fortune sont le grand capital, les multinationales, les investisseurs directs étrangers, l’empire qui a promu, organisé et financé le coup d’État.

Privatisations, concessions, licences d’exploitation, subventions, exonérations fiscales et autres royalties inventives ont permis le transfert massif de richesses inimaginables dans les poches des donneurs d’ordre réels. Des ordres qui sont respectés, et même accompagnés de nouvelles théories économiques qui justifient et applaudissent le pillage. C’est à ça que servent les économistes “visionnaires”, comme le dit Alejandro Foxley, un autre “visionnaire”.

Le livre de Ricardo Martínez ne résout pas ce qui précède. Si le journal La Jornada, qui a eu le privilège de lire en avant-première quelques pages de son livre, a raison, il s’agit d’une première pierre, d’un caillou, dans la construction de la vérité.

La construction d’un pays digne de ce nom exige bien plus que cela.

******************************
Alors que je finissais d’écrire cette note, j’ai reçu un appel de Fausto, de Tunis. Il m’informait qu’un ancien général de brigade, condamné pour l’enlèvement et l’assassinat du chanteur Víctor Jara, s’est suicidé lorsqu’on est venu le chercher pour exécuter la sentence prononcée à son encontre.
Dans l’Allemagne nazie de 1945, une vague de suicides de civils, de fonctionnaires et de militaires a eu lieu dans les dernières semaines du Troisième Reich.
Cette vague de suicides a débuté au premier trimestre 1945 avec l’avancée des troupes soviétiques. La propagande nazie, qui exigeait une loyauté jusqu’à la mort aux principes et aux valeurs du parti nazi, a conduit de nombreux civils et militaires à mettre fin à leurs jours. D’autres, plus avisés, se sont engagés dans l’armée usaméricaine, comme Werner von Braun, ou se sont enfuis en Amérique du Sud avec l’aide du Vatican. Vous voulez une liste ?

NdT

*Référence au titre du roman de Gabriel García Márquez Pas de lettre pour le colonel (El coronel no tiene quien le escriba)

LUIS CASADO
El general tiene quien le escriba*

Luis Casado, POLITIKA, 29-8-2023

Si la definición que ofrece el diccionario del concepto Transición es justa... estamos mal. Esa definición dice: Transición: Acción y resultado de pasar de un estado o modo de ser a otro distinto. Visto que estamos en las mismas... ¿dónde está la transición?

“Porque de su vago hastío la nada los embriaga

Porque existir sin vivir, es la más pesada carga...

Los que viven son los que luchan
Víctor Hugo, Paris, diciembre de 1848, en  Los Castigos 1852


La difusión en POLITIKA, Tlaxcala y La Pluma de una nota sobre el general Ricardo Martínez y el libro que debe presentar hoy martes en la Universidad Católica, generó unos cuantos comentarios, el más escueto de los cuales vino de Argentina y dice, muy simplemente:

->“Repito: no olvido, no perdono, ni me reconcilio....”-<

Lo que señala claramente que las atrocidades cometidas, los magnicidios, la destrucción de la convivencia social, la imposición de un régimen económico depredador y la perennización de un orden institucional antidemocrático son píldoras imposibles de tragar.

Aunque Patricio Aylwin haya sentenciado que esta es toda la democracia a la que podemos aspirar, aunque Alejandro Foxley haya juzgado, él, que Pinochet fue un visionario (Felipe Portales. 50 años de neoliberalismo (II). POLITIKA 29/08/23). Y aunque toda esa Concertación acomodaticia que aspiraba a una parte del botín -y la obtuvo con creces- haya vomitado lo que le prometió a quienes creyeron en ella.

El diario mexicano La Jornada estima que Ricardo Martínez, ex comandante en jefe del Ejército chileno, reconoce en su libro las gravísimas violaciones de DDHH cometidas por la dictadura, lo que constituye a ciencia cierta una verdadera primicia.

Hasta ahora el ethos de las FFAA, -para utilizar la fórmula del propio Martínez- autorizaba solo la negación de lo evidente, la mentira sistemática y cargarle los crímenes al prójimo.

Queda por saber si Ricardo Martínez cree lo que escribe o si se trata de una -otra- artimaña para poner las culpas propias en las espaldas de algún camarada de armas, de algún subordinado, de algún predecesor al que no tuvo la presencia de ánimo -el coraje- de castigar como hubiese debido.

En una entrevista a El Mercurio del domingo pasado (26/08/23) Martínez endosa las mismas aspiraciones de impunidad que siempre formularon los culpables, luego formuladas por José Antonio Kast respecto de los criminales de lesa humanidad que cumplen condenas en Punta Peuco.

El Mercurio le pregunta:

"Hoy en Punta Peuco hay condenados por crímenes de lesa humanidad. Hay una iniciativa en el Consejo Constitucional, propuesta por republicanos, para que las personas mayores de 75 años puedan cumplir sus condenas con arresto domiciliario. ¿Está de acuerdo?”

El general (r) Martínez ofrece la siguiente respuesta:

"Antes de responder esa pregunta es indispensable decir que nada es suficiente para mitigar el dolor de las familias de las víctimas que por años han demandado justicia. También creo que la esencia de una sociedad democrática es demostrar una estatura ética superior y de no comportarse como quienes le agraviaron. Por tal razón, estoy de acuerdo con esta iniciativa humanitaria de permitir, conforme a fallos judiciales, que los que están enfermos terminales o discapacitados mental o físicamente puedan seguir cumpliendo el resto de sus penas en arresto domiciliario total".

Felipe Portales rechaza esta curiosa asimilación:

“Increíblemente, Martínez llega a la aberración de ¡igualar ética y jurídicamente el daño inferido por dichos criminales de lesa humanidad al sufrimiento que tendrían esos mismos criminales si se los dejase presos perpetuamente y en condiciones -que todos reconocen- muchísimo mejores que las que tienen los presos comunes -por delitos cualitativamente menos graves- de nuestro país!”

Entonces regresó a mi memoria el patético mariscal Pétain, colaborador de los nazis durante la Ocupación de Francia (junio 1940 – septiembre 1944), que fuese condenado a muerte a la Liberación, junto a Pierre Laval, último presidente del Consejo de ministros del régimen de Vichy.

Laval fue fusilado.

Charles de Gaulle, a la demanda del tribunal, conmutó la pena de muerte de Philippe Pétain por la prisión perpetua. Encerrado primero en el fuerte de Portalet, Pétain fue transferido a partir de noviembre 1945 al fuerte de la Pierre-Levée en la isla de Yeu. Salió de esa prisión solo en julio de 1951 para ir a morir en una habitación de Port-Joinville, en la misma isla.

 

Fuerte Portalet, en los Pirineos...

 Fuerte de la Pierre-Levée, en la isla de Yeu



Poco amenas prisiones para quien fuese considerado un héroe de la I Guerra Mundial.

Nuestros criminales son mucho más frágiles de la pituitaria: no soportan los relentes marinos, necesitan un entorno saludable, de preferencia al aire libre. ¿En la montaña?

Una de las cuestiones de fondo que plantea la “cultura ética” a la que hace referencia Martínez tiene que ver con el principio de la obediencia debida. No hay nada más eximente de responsabilidad que la obediencia ciega.

¿Por qué cometió este crimen?, pregunta el juez. Yo solo cumplí órdenes, responde el criminal. El juez no puede, no quiere, no se atreve a preguntar quién dio las órdenes.

Dicho lo cual... ¿es lícito obedecer órdenes criminales? ¿Se trata de las FFAA o de una mafia de Chicago -The Outfit o The Organization- en los años 1920, obligada a la omertà?

Entre camaradas de armas, -¿o es de almas?-, ¿es ético ocultarse recíprocamente los crímenes?

El ethos en las FFAA, al que se refiere Martínez, debiese llevar a sus miembros a rehusar todo acto delictivo, y a denunciar a quienes los cometen y/o incitan a cometerlos.

Interrogados en el marco de los hechos que constituyeron la Caravana de la Muerte, no pocos oficiales al mando en diferentes provincias hicieron recaer todas las responsabilidades en el general Arellano Stark. “Antes de la venida de mi general Arellano no hubo muertos. Ni tampoco después de su partida”.

¿Cómo interpretar estas declaraciones? Sin investigaciones judiciales, sin procesos y sin condenas... ¿las hubiesen hecho?

Por otra parte, no se pueden resumir los numerosos crímenes, -detención ilegal, secuestro ilegal, violación, torturas, asesinatos, destrucción de cadáveres y pruebas, entierros ilegales, exhumaciones ilegales (operación televisores usados), otra disimulación de cadáveres y restos de personas asesinadas-, en la perversa actuación de un único general del ejército.

Ya he dicho y repetido que, a contrario, sería injusto proclamar que todos y cada uno de los miembros de las FFAA fue, o es, un criminal. Entre las víctimas se cuentan numerosos hombres y mujeres de uniforme.

Pero el 01 de marzo del año pasado Mauricio Weibel pudo exclamar:

“Este es el único Ejército en el mundo donde todos sus ex comandantes en jefe están siendo investigados por la Justicia.”

Weibel reaccionaba a la decisión de la ministra Romy Rutherford de citar a declarar en calidad de inculpado al entonces comandante en jefe del Ejército... el general Ricardo Martínez.

La presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, Carmen Hertz, abundó:

"Resulta extremadamente grave para la institucionalidad de nuestro país, para el rol y el prestigio de las Fuerzas Armadas, que todos los comandantes en jefe desde Pinochet hasta ahora estén procesados por delitos de malversación de fondos, de desvío de recursos fiscales".

El abogado defensor de Ricardo Martínez insistió en que la diligencia -la convocatoria a declarar- se realizara en el domicilio del inculpado por la arista "Pasajes y Fletes" del caso "Fraude del Ejército"...

Después de la batalla, -ya se dijo-, vienen el saqueo y el pillaje.

Para ser justos, debemos precisar que no solo los altos mandos de las FFAA han participado en los latrocinios, y ni siquiera han sido los peores. Además de una cierta costra política que entiende que acceder a puestos de responsabilidad equivale a una sinecura asociada a 'oportunidades de negocio', quienes realmente se forraron fueron los grandes capitales, las multinacionales, la inversión directa extranjera, el imperio que promovió, organizó y financió el golpe de Estado.

Privatizaciones, concesiones, licencias de explotación, subvenciones, exenciones tributarias y otras numerosas e inventivas regalías permitieron la transferencia masiva de riquezas inimaginables a las faltriqueras de quienes realmente dan órdenes. Órdenes que son obedecidas, e incluso acompañadas de novedosas teorías económicas que justifican y aplauden el expolio. Para eso están los economistas 'visionarios' como dice Alejandro Foxley, otro 'visionario'.

El libro de Ricardo Martínez no resuelve lo que precede. Si el diario La Jornada, -que tuvo el privilegio de conocer de antemano algunas páginas de su libro-, tiene razón... se trata de una primera piedra, un guijarro, en la construcción de la verdad.

Para construir un país decente hace falta mucho más que eso.

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Al terminar la redacción de esta nota recibí una llamada de Fausto, desde Túnez. Para ponerme al corriente de que un ex brigadier, condenado por el secuestro y homicidio de Víctor Jara, se quitó la vida tras conocer la sentencia en su contra.

En la Alemania nazi de 1945, una ola de suicidios de civiles, de responsables gubernamentales y de militares tuvo lugar en las últimas semanas del III Reich.

Esa ola de suicidios comenzó en el primer trimestre de 1945 con el avance de las tropas soviéticas. La propaganda nazi, que exigía permanecer fiel hasta la muerte a los principios y valores del Partido Nazi, llevó a numerosos civiles y militares a terminar con sus vidas. Otros, más astutos, fueron empleados en el ejército de los EEUU, como Werner von Braun, o se fugaron a América del Sur con la ayuda del Vaticano. ¿Quieres una lista?

 *Se refiere al titulo de la novela de Gabriel García Márquez, El coronel no tiene quien le escriba